domingo, 16 de diciembre de 2012

32. UN CORAZON GENEROSO


BienLos ritos externos no bastan para el encuentro con Dios. Muchas veces el encuentro se da atreves de gestos sencillos y silenciosos, es allí donde se precisa de un corazón generoso y desprendido sin reservas con la confianza plena en la acción de Dios. El se da del todo en la Eucaristía, allí reside la realización plena de la humanidad.
Jesús se fija en la intención de las cosas que hacemos, como el óbolo de la viuda pobre, ella dio todo lo que tenía para vivir, podemos ser insensibles o muy solidarios, lo que importa es el cariño, la caridad con que hagamos las cosas, la cantidad es lo de menos para la calidad. El Señor quiere el corazón entero, abierto y animoso de esperanza divina. Muchas veces no es necesario tender la mano por que él ya nos sostiene.

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