domingo, 16 de diciembre de 2012

2. AD. PREPARAR EL CAMINO


TopadoraSan Lucas nos sitúa en un tiempo y espacio determinado en la que Juan anuncia el bautismo de conversión como la voz que clama en el desierto, diciéndonos preparen el camino del Señor. La voz que resuena eternamente es el de Dios, la que salva, no otras voces. El desierto es el lugar de salvación donde Dios actúa, con Abraham, Moisés, donde Jesús vence al mal y es donde hace la multiplicación de los panes para una multitud. El camino que se nos pide preparar es el camino del Señor no otro camino, es un camino de realización plena de hijos de Dios que no nos aliena en la mediocridad. La Navidad no promueve el consumismo que desfigura el espíritu de discípulo que actúa más que por curiosidad por su adhesión personal a Cristo. Preparar el camino para el discípulo es quitar del corazón la maleza, la cizaña para que crezca la alegría que no se vende ni se compra, nadie nos la puede quitar porque es un regalo de Dios. No es un regalo material sino el regalo de su perdón de su paz, es el regalo de su salvación.  Es su Palabra la que abre nuestra conciencia y transforma nuestro corazón, la renueva y dispone para el misterio de Dios. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario