Estamos en el tiempo intermedio
entre la primera y la segunda venida de Dios al mundo. La primera se cumplió en
la humildad de Belén, la segunda venida será con poder y gloria. Sabemos que no
deja de venir en su palabra, en sus sacramentos y en el rostro de cada hermano.
Adviento es un tiempo fuerte de preparación para una adecuada celebración de la
navidad. Caminamos no a ciegas, a algo incierto, la fe nos dice que tenemos una
meta y un futuro, es importante recordarlo para que no nos equivoquemos y es
con Cristo que tenemos la certeza de estar en un buen camino. Levantemos la cabeza con ánimo. Para cada uno la
segunda venida será el día de nuestra muerte, el nacimiento definitivo al que
nos preparamos. Preparémonos sin perder de vista la meta.
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