"EL AMOR NO CAMBIA CUANDO ENCUENTRA EL CAMBIO"(RR.Pg.85)"ME GUSTA LA GENTE QUE ES CAPAZ DE CRITICARME DE FRENTE Y EN FORMA CONSTRUCTIVA, POR QUE ESOS SON LOS VERDADEROS AMIGOS." (P.G. Iriarte, OMI)
sábado, 29 de diciembre de 2012
miércoles, 26 de diciembre de 2012
NAV. El eterno en el tiempo. Jesucristo Hijo de Dios salvador del mundo.
Navidad es la fiesta del
nacimiento de Jesús, el Verbo de Dios eterno presente en el tiempo que nos va
recreando, viniendo a los suyos, es la Luz del mundo y lámpara en nuestros
pasos que ilumina las sendas de nuestro peregrinar; Palabra hecha carne, hombre
como nosotros con limitaciones pero sin perder de vista la meta, vino a dar el
regalo gratuito de la salvación plena a todos los huérfanos de alegría. El viene a nacer en la humilde y
cálida cuna de cada corazón que se dispone a que brote esta verdad profunda. Él quiere despertar en nosotros el amor que redime. Cada
amanecer es un nuevo renacer, y ya no es necesario esperar ante la acción del
verbo de Dios. Desde la ternura de un niño en el pesebre pasando por la cruz y la resurrección Él nos
espera en el cielo con los brazos abiertos, junto al Padre misericordioso. Aleluya, aleluya, aleluya.
NAV. LA FUENTE DE LA ALEGRÍA: LA SALVACION
Jesús nace y los pastores son los
primeros en enterarase por los ángeles que proclaman la paz que nos trae el
salvador, no es una salvación barata la que nos trae sino la única que es capaz
de colmar las ansias del corazón humano, Cristo lo es todo y lo puede todo. En la liturgia de la navidad
nace de manara sacramental y real, hoy nace el Señor para nosotros, por eso
estamos de fiesta, es motivo de gozo y gratitud desbordante para todos los
hombres de buena voluntad, para los humildes,
los pobres, los marginados, los pecadores que están dispuestos a convertirse en
sus testigos por el mundo entero. En cada persona al descubrir el lugar donde está
la fuente de la alegría profunda y duradera nace el deseo de compartirla, son
estas personas que inspiran confianza, pues están dispuestos a renovar nuestro
mundo con la luz que se recibe de Dios. Señor queremos estar siempre dispuestos
para ti, y fieles como María.
4 AD. EL PASO DE LA FE
Después
de la primera procesión del Corpus Christi se da el encuentro de María con
Isabel, es el encuentro de Jesús y Juan Bautista donde la esperanza del pueblo se
cumple, Dios se hace presencia real y palpitante, Dios ya no es el desconocido que
nadie sabía. La etapa del AT en Isabel da paso al NT con y en María, como la joven Iglesia, es la nueva era del nuevo pueblo de Dios que lleva en su seno al Señor
del universo. María es la modelo de fe: tuvo una fe que le hace ser feliz,
dichosa y bendita como nadie lo fue. María una mujercita humilde, creyente y
caritativa, supo predisponerse, supo aceptar, decir sí al proyecto de Dios y acoger a Dios. Nos enseña a estar prestos, ir corriendo y
presurosos a compartir la Buena Nueva en el Servicio. Esa es nuestra razón de
ser Iglesia. Hay que estar como María bien dispuestos en la fe y junto al pesebre,
es allí donde volvemos a la fuente de la alegría profunda, y nos damos el lujo
de alegrarnos porque la salvación viene para quedarse con nosotros, por eso
pedimos tener una fe como la de María: María danos tu fe que salva, Amen.
domingo, 16 de diciembre de 2012
3. AD. LA CERCANIA QUE ALEGRA
Tu alegría Señor es lo que me
mantiene bien vivo casi al igual que el oxigeno o el alimento corporal. Alegría
que surge de estar en Tu presencia, de frecuentar Tu cercanía en la raíz profunda
de mí ser aun en la enfermedad y en la pobreza. Hoy la palabra de Dios hace que
nos preguntemos qué hacer para tener esta Alegría, no nos dice lo que debemos
pensar, sentir, ni siquiera lo que debemos creer sino lo que debemos hacer:
practicar la caridad compartiendo nuestro ser y nuestro haber, practicar la
justicia solidaria, no ser violentos, no extorsionar no dar falso testimonio,
en beneficio personal. Es esta palabra que abre nuestra conciencia transforma y
renueva nuestro corazón disponiéndolo para el misterio de Dios. El está
presente desde nuestro bautismo con su espíritu que calcina nuestros vicios,
purifica nuestros pensamientos, cura nuestras aflicciones y orienta nuestros
afanes de la vida en dirección hacia Dios. Y seguros de nuestra victoria en Cristo
alegres nos disponemos a renunciar al mal, esperar solo en el Señor y gozarnos
de este encuentro salvífico con Cristo, María es el modelo perfecto de conversión
que ha alcanzado la criatura humana, ella
en la renuncia no se angustia se alegra con su espíritu en Dios.
2. AD. PREPARAR EL CAMINO
San Lucas nos sitúa en un tiempo
y espacio determinado en la que Juan anuncia el bautismo de conversión como la
voz que clama en el desierto, diciéndonos preparen el camino del Señor. La voz
que resuena eternamente es el de Dios, la que salva, no otras voces. El
desierto es el lugar de salvación donde Dios actúa, con Abraham, Moisés, donde Jesús
vence al mal y es donde hace la multiplicación de los panes para una multitud. El
camino que se nos pide preparar es el camino del Señor no otro camino, es un
camino de realización plena de hijos de Dios que no nos aliena en la
mediocridad. La Navidad no promueve el consumismo que desfigura el espíritu de discípulo
que actúa más que por curiosidad por su adhesión personal a Cristo. Preparar el
camino para el discípulo es quitar del corazón la maleza, la cizaña para que crezca la alegría
que no se vende ni se compra, nadie nos la puede quitar porque es un regalo de
Dios. No es un regalo material sino el regalo de su perdón de su paz, es el
regalo de su salvación. Es su Palabra la
que abre nuestra conciencia y transforma nuestro corazón, la renueva y dispone para
el misterio de Dios.
1. AD. ANTES DEL ENCUENTRO
Estamos en el tiempo intermedio
entre la primera y la segunda venida de Dios al mundo. La primera se cumplió en
la humildad de Belén, la segunda venida será con poder y gloria. Sabemos que no
deja de venir en su palabra, en sus sacramentos y en el rostro de cada hermano.
Adviento es un tiempo fuerte de preparación para una adecuada celebración de la
navidad. Caminamos no a ciegas, a algo incierto, la fe nos dice que tenemos una
meta y un futuro, es importante recordarlo para que no nos equivoquemos y es
con Cristo que tenemos la certeza de estar en un buen camino. Levantemos la cabeza con ánimo. Para cada uno la
segunda venida será el día de nuestra muerte, el nacimiento definitivo al que
nos preparamos. Preparémonos sin perder de vista la meta.
34. ES EL SEÑOR QUIEN SALVA
Sólo el poder, la gloria y el
reinado de Dios son indestructibles. Su
poder no es como el de Pilato, político, sino un poder divino que surge del
servicio a la verdad. El cristiano sabiéndose libre sólo se arrodilla ante el Salvador, ante nadie más. Hay los que son ídolos que usurpan el lugar de
Dios, el poder, el dinero y el placer ellos causan guerras, injusticias y
destrucción de las familias creando una servidumbre degradante entre los
hombres. A pesar de nuestra fe y deseos de que Dios reine nuestra vida es
posible que pequeños señores aniden nuestro corazón, que intentan sembrar el caos.
Asistiendo a la liturgia los cristianos católicos relativizamos cualquier poder
que no sea el del servicio, el de Dios, solo a él le glorificamos y esto se hace subversivo
para algunos que no siempre sirven. Cada instante de nuestra vida es ocasión para pedir, discernir
y reafirmar nuestra decisión de seguimiento sincero, confiado al único Señor
que nos salva.
33. CAMINO AL CIELO
Pasan cosas no necesariamente una catástrofe, el
cielo y la tierra pasaran: suceden cosas que a veces ni nos enteramos… algunas
nos angustian, nos hacen sufrir. Esto no debe hacer que perdamos de vista a lo
que Jesús nos llama, a la gloria eterna. Estamos andando en camino. Para llegar
a la meta debemos mantener la mirada, estar vigilantes, sin impaciencia, sin
sueño, ni temor, ni relajamiento. Implica lucha esfuerzo y valor. Sin fugas
utópicas, tampoco con estancarnos en la situación presente. Lo que permanece y
perdura es la palabra salvadora de Dios, que trae nuestro cielo nuevo, nuestra
tierra nueva. Restaurada ya pero no todavía en su plenitud.
32. UN CORAZON GENEROSO
Los ritos externos no bastan para
el encuentro con Dios. Muchas veces el encuentro se da atreves de gestos
sencillos y silenciosos, es allí donde se precisa de un corazón generoso y
desprendido sin reservas con la confianza plena en la acción de Dios. El se da
del todo en la Eucaristía, allí reside la realización plena de la humanidad.
Jesús se fija en la intención de
las cosas que hacemos, como el óbolo de la viuda pobre, ella dio todo lo que
tenía para vivir, podemos ser insensibles o muy solidarios, lo que importa es
el cariño, la caridad con que hagamos las cosas, la cantidad es lo de menos
para la calidad. El Señor quiere el corazón entero, abierto y animoso de
esperanza divina. Muchas veces no es necesario tender la mano por que él ya nos
sostiene.
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