B O D 26 Nuestro destino último.
El Espíritu Santo actúa por medio de los carismas, Él habita en el mundo y en cada persona, Él
va inspirando, iluminando, guiando y cuidándonos. Él nos mantiene unidos en la rica
diversidad de culturas.
Dicen que los celos son la expresión de la cobardía a sentirse
o quedarse solo. Pero también se da por
la voluntad incontrolable de dominio, de la mano, del pie... Se da por la ambición insaciable del ego al
que llevan los ojos. La ambición de grandeza, del prestigio y de la
exclusividad pone en fuego nuestro destino último. Jesús nos invita a ser
tolerantes, a acoger, apoyar y defender las causas nobles de muchas personas.
Escandalizar es obstaculizar la fidelidad a la palabra y a la persona de Jesús, es hacer
difícil e imposibilitar la comunión, es poner en peligro y destruir la fe.
Estamos invitados a poner los medios necesarios para eliminar de raíz lo que
provoca escándalo. Sin duda es el buen testimonio que damos lo que mantiene la
riqueza de la fe en las futuras generaciones.
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