Este pueblo me honra con los
labios pero su corazón está lejos de mí. Muchos descubren las duras
exigencias del Evangelio y en la debilidad dejan a un lado el mandato del Señor
para aferrarse a tradiciones humanas que es lo fácil. La palabra de Dios nos
recomienda que pongamos en práctica los mandatos y nos dice que seremos una nación
de sabios y prudentes.
Podemos cumplir muchas cosas,
hacer cosas… pero si lo hacemos sin saber porque, las palabras del Señor es
para nosotros: su corazón está lejos de mí. El darle culto en espíritu y en
verdad consiste en aceptar su voluntad y hacer que ella prevalezca por encima
de de cualquier poder mundano.
A veces nuestro corazón se presenta
al Señor pero no siempre con obras buenas, como nos pide Santiago, con
generosidad. Es desde nuestra libertad que nos acercamos a él, o alejamos de
él. Pero, es del amor de Dios de donde surge nuestra libertad y se alimenta de
ella, la libertad es el don mas preciado
y… el uso que le demos es decisivo para
nuestro futuro.
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