sábado, 19 de enero de 2013

EL BUEN VINO DE LA FIESTA TERRENA Y ETERNA

CanáUna fiesta de bodas es la imagen que representa la nueva relación existente entre Dios con la humanidad nueva. El matrimonio sacramento es  signo de esa entrega fiel y salvadora de Dios, es el anticipo del banquete de bodas en el cielo donde Cristo, al encontrar a la humanidad , nos amó hasta el extremo de dar su vida para dar vida eterna, por amor. Donde hay invitados, hay tinajas de piedra para el vino nuevo, aquí es María la madre de Jesús quien advierte la necesidad del  vino nuevo y bueno a la vez. La bondad de Dios actúa  en todo tiempo. La fiesta es parte de la vida, y un buen motivo une los corazones en común alegría, ante la tentación de la tristeza, la depresión y disgusto  de la vida, crea amistad y confianza. Jesús transforma el agua en vino, el dolor en camino de salvación, la muerte en vida, las incapacidades y limitaciones en instrumentos de su Amor salvador, convierte a los pecadores por su misericordia. Y es con el supremo acto de su Amor, en su hora, en la cruz y su resurrección que abre las puertas del cielo para que podamos pasar de la muerte a la vida, por eso nos alegramos. Hace falta escucharle, tenemos que escuchar su voz, hacer lo que nos pide… para así tener motivos de fiesta, de alegría y gozo. ¿Quién obedece a quien? María primero pide, luego manda, Jesús obedece y ayuda antes que los sirvientes para que ocurra el milagro, nuestra vocación es servir con los dones que hemos recibido. Dios nos sigue hablando por medio de signos en el banquete de la Eucaristía y con su amor nos pide ser fuertes en los contratiempos de la vida, Él está presente, no hay nada a que temer… Señor que hablemos de ti, en la palabra oportuna saquemos el buen vino, bino único y autentico de la vida y la fraternidad. Amén. 

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