La Sagrada
familia es modelo. Es la secuela insustituible, fundamental, confiable y eficaz
en la que se forman las personas tal cual son. Es lugar donde el Amor va
aumentando como un incendio, donde crece la estima reciproca, la solicitud
presurosa, es lugar donde se respira un clima de confianza absoluta que crea el
honor, respeto inamovible y obediencia divina. Donde nadie abandona a nadie. Es
la fe de María que le hace ser discípula
desde la infancia hasta la resurrección, aun no entendiendo estos misterios,
como nosotros, pero meditándola en su corazón. Es la obediencia de José que le
hace ser custodio del redentor, él aprendió a mandar obedeciendo. Es Jesús
quien sigue causando admiración en el presente, como en el templo…, su amor y sabiduría
como un río que no para de cesar contenida en su naturaleza humana viene a la
nuestra. Aquí María y José mirando consientes esperan con el mismo amor que va
ardiendo en las dos almas. Amor eterno que no cambia cuando encuentra el cambio.
Amor que sale del corazón de Dios que es más grande que cualquier debilidad
humana. Hay familias, y solo las
piadosas son capaces de ofrecer a sus
hijos a Dios viendo el Amor que nos tiene y el amor que le debemos. Que
nuestras familias aprendan de ella el diálogo sincero y el perdón constante en
los desencuentros, aun en las pruebas, aun en las victorias de la vida, Amen.
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