Investidura de Jesús como redentor del mundo.
Juan no era el mesías y lo dijo..., antes de bautizar a Jesús. Pues, su tarea había terminado, ahora empieza un
nuevo tiempo, y Jesús es el centro de este nuevo tiempo y junto a él está el
nuevo pueblo de Dios que ha nacido con el Bautismo del Espíritu Santo en pentecostés,
Espíritu que dirige la misión de la Iglesia. Juan bautizaba con agua, ella tiene propiedades,
es poderosa y vital pero él no basta para la vida, ni la limpieza total, Jesús
no necesitaba recibirlo para hacer nuevas todas las cosas, él al hacerse parte... lo transformó y
lo hizo capaz de hacer renacer, capaz hacer hombres nuevos. Juan preparaba el camino por eso anuncia el nuevo bautismo con el Espíritu Santo y el fuego de su
Amor. Actualiza la elección y la misión de Jesús, antes de su ministerio es la
voz de Dios que le dice a él y nos sigue
diciendo tu eres mi hijo amado… Bautismo es un don y una tarea al mismo tiempo, hay que sacar obstáculos
para que él obre, la acción de este don hace reconocer, a cada persona, la identidad profunda de ser hijos y hermanos en Cristo. Jesús con humildad se acerca a todos,
así no está sólo, él acepta a todos. Nuestra realización plena es ser imagen y
semejanza de Dios. Vamos a vencer al ego y a ser para los demás. Acerquémonos
sin desprecios. Quizá el agua no lo pueda todo pero sí el fuego del Amor con el
que hemos sido bautizados y renovados, sólo ese ardiente Amor nos anima y nos alimenta con
su palabra, con sus sacramentos, en la Eucaristía. Que cada Eucaristía sea un renovar
el bautismo, en el que al sumergirnos en
su misterio el pacto que hicimos sea un nuevo pacto de Amor, una alianza
de Amor con el Amor mismo, Amen.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario