El espíritu Santo nos hace fieles… nos congrega, nos enseña, dialoga y es por su virtud que el pan y el vino son el cuerpo y la sangre de Cristo. Y quiere poner su morada entre nosotros como en la Iglesia Universal reunida en Jerusalén y en el Vaticano II. Iglesia guiada por el Espíritu Santo que se abre al mundo y la modernidad. No hay lugar para el miedo en la persecución, ni en el aparente fracaso, él nos guía y eso nos basta.La palabra de Dios es amor hecho carne. A veces reducimos a solo palabras el amor
, así se corrompe, hoy es más evidente cuando se miran más los hechos que las palabras. El amor solo se muestra con hechos, como pasa con una madre fiel a su maternidad.
Él nos ofrece la paz, esa paz que procede de una adecuada relación con Dios y con los hermanos, paz que es producto de la justicia autentica. No de la que se refugia en el más fuerte. Es llegar a la gloria de Dios donde no hay más oscuridad todo es claridad con la lámpara del cordero.
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