sábado, 25 de mayo de 2013


Espiritu Santo"... sopló sobre ellos y añadió "Reciban al Espíritu Santo".  (Juan 20, 19-23)". En un principio el Aliento de Dios se cernía sobre las aguas, y con El del caos saca el cosmos, la luz de la oscuridad y la vida brota como gracia de Dios. Cuando faltan concluir los trabajos lo necesitamos, ante los triunfos y los fracasos, avances y retrocesos, nos preguntamos si los problemas tienen una solución Jesús nos responde con el Paráclito.  El Espíritu de Dios se manifiesta de muchas fornas, brisa suave, ráfaga de viento..., sopla donde quiere, en todas partes y en todo tiempo. En el día de Pentecostes, como lenguas de fuego, viene a sus fieles para imprimir su huella. Es su huella la que arde en los santos, en los testigos, arde ese amor que quema los pecados de la humanidad. Señor que sepamos descubrir tu huella en nuestro espíritu de servicio, amen.

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