martes, 16 de abril de 2013

LA CARIDAD Y EL SERVICIO

LlamadoEl misterio y ministerio de Jesús pasa a ser la responsabilidad de la Iglesia en la tierra, que debe servir y así transmitir la revelación de Dios a toda la humanidad. Después de una faena trasnochada y sin frutos hay una pesca milagrosa. Al amanecer, reconociendo y obedeciendo  a la llamada del Señor la pesca es abundante. Toda misión cumplida es causa de orgullo y de una gran alegría, más aun cuando los frutos conseguidos en el trabajo son compartidos en la mesa. La red que en este caso es la Iglesia  está en el mar del mundo y en la vida de cada hombre. La misión de servicio paciente es confirmada por la triple confesión del amor de Pedro motivado por Jesús. Él nos conoce, de día y de noche aguarda nuestros pasos. Digamos con Pedro: Señor tú lo sabes todo, tu sabes que te quiero. Que sepamos responder  a su llamada con empeño. Amen.

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