lunes, 22 de abril de 2013

SEGUIR A LA VOZ DE JESUS

“Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen”, dice el Señor. La imagen que más aparece hoy en los medios audiovisuales de nuestra sociedad es la del líder político, deportivo poco el religioso o del campo pastoril. Además, nadie quiere ser tenido por oveja. Pero todos seguimos algunas de estas voces. Hoy Jesús nos aconseja con su voz en cada lectura de su palabra e incita y atrae nuestra confianza hacia él. Nos ofrece vida eterna. Urge seguir su voz y depositar nuestra plena confianza en él que destruye el pecado, las injusticias, las tinieblas, la muerte y los males que nos aquejan. No basta que resuene su voz externamente hace falta que respondamos con nuestra escucha activa desde el corazón. Señor, conscientes de que nos cuidas que sepamos discernir tu voz en medio de tanto ruido, ayúdanos a seguirtecon libertad y con valentía, Amen.

martes, 16 de abril de 2013

LA CARIDAD Y EL SERVICIO

LlamadoEl misterio y ministerio de Jesús pasa a ser la responsabilidad de la Iglesia en la tierra, que debe servir y así transmitir la revelación de Dios a toda la humanidad. Después de una faena trasnochada y sin frutos hay una pesca milagrosa. Al amanecer, reconociendo y obedeciendo  a la llamada del Señor la pesca es abundante. Toda misión cumplida es causa de orgullo y de una gran alegría, más aun cuando los frutos conseguidos en el trabajo son compartidos en la mesa. La red que en este caso es la Iglesia  está en el mar del mundo y en la vida de cada hombre. La misión de servicio paciente es confirmada por la triple confesión del amor de Pedro motivado por Jesús. Él nos conoce, de día y de noche aguarda nuestros pasos. Digamos con Pedro: Señor tú lo sabes todo, tu sabes que te quiero. Que sepamos responder  a su llamada con empeño. Amen.

domingo, 7 de abril de 2013

LA FE QUE LLEVA DE LA CERTEZA A LA FIESTA.


Apóstoles en el CenáculoLos discípulos con las puertas cerradas tienen noticias de que la tumba está vacía y a pesar de los testimonios rondan en ellos el miedo, la duda, la angustia, la soledad, la nada, el sin sentido, la persecución y la tristeza quiere apoderarse. Estado de cosas que se entiende. Llegarían a sentirse alejados del Señor y más de uno sentirá la impotencia y la confusión. ¿Habían abandonado a Jesús, o es que Dios los ha abandonado? Lo cierto es que Cristo viene al encuentro personal y ofrece la paz, no reclama  sino que enseña a perdonar y más aun muestra sus llagas,  no se oculta, es él, el de siempre, sencillo, fraterno que lleva de la certeza a la fiesta de fe. Fe  que comienza donde termina el orgullo de los supuestos listos, profundos y serios. Para creer hay que hacer que el corazón funcione no se cierre sino se fíe y confíe. Verdad que solo el amor es capaz de hacernos decir creo sin ver. Señor danos esa fe que nos trae tu paz y nos lanza al servicio alegre. Señor mio, Dios mio, que nunca quedemos confundidos, amen. 

DIOS NOS MANTIENE EN VIDA Y NOS INVITA A VIVIR PARA EL

Nosotros hemos comido y bebido con El después de su Resurrección, dice Pedro en los hechos de los apóstoles, él que es la voz de la iglesia da testimonio de la resurrección, testimonio de este paso de la oscuridad a la luz, paso de la muerte a la resurrección de Cristo que dando la paz elimina la tristeza y el miedo. Es el amor  de Dios lo único que calma el hambre y la sed de la humanidad. Es verdad que el Amor de Dios puede más que la muerte, nos mantiene en vida, rompe la cultura de la muerte, atrae al compromiso desinteresado, al servicio confiado, alegre, sin tristezas, sin miedos y sin cobardías. Es amor que sana las heridas, reconstruye lo roto, rescata del fracaso, redime nuestra condición, nos rehace y eleva a la altura de Hij@s herederos de la gloria, nos convierte y nos va transformando en nueva creación, en nuevas personas con esperanza, constructores de un nuevo mundo, más humano, donde haya pan, alegría y libertad para todos. Este día en el que Cristo victorioso nos da la luz de su verdad, más que recordar el pasado revisamos cómo Jesús debe seguir resucitando en cada uno de los crucificados de nuestra sociedad, resucitar de la oscuridad de la muerte, de la esclavitud del pecado, porque es la llamada a dar el paso de las condiciones inhumanas a un mundo más humano, es la transición humana agobiada por la muerte a la victoriosa inmortalidad, al que nos lleva el amor redentor de Dios. Aleluya,  aleluya, aleluya que Cristo ha resucitado de la muerte para reconciliarnos con el Creador, nos llama a ser luz y vivir para Dios. Amén.