Jesús
es alimento que nos nutre y transforma gratuitamente.
“Yo soy el pan de Vida.
El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed”
(Juan 6, 24-35). De nuestra boca sale lo que abunda en nuestro corazón, si hay:
odio, bronca, resentimiento, tristeza, abatimiento, desesperanza y frustración
eso trasciende. El Señor quiere alimentarnos con su: paz, su alegría, su espíritu
constructivo, y ánimo positivo. Jesús quiere que trabajemos por el alimento que
nos da vida eterna. Nutridos de Él nace en nosotros el hombre nuevo, el viejo
siendo sepultado va muriendo. Surge un hombre con fe profunda, con la esperanza
puesta en Dios, se entrega sin límites por amor, es Cristo que sale hasta por
los poros de quien se alimenta de Él porque tiene a Dios que es gratitud en
esencia no es comerciante, Él salva y perdona gratuitamente.
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