jueves, 23 de agosto de 2012

EUCARISTÍA


Jesús es el Alimento que sacia nuestra hambre y sed.
Pan y pescadosEl Señor “repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron.” (Jn 6,1-15). A veces queremos muchas cosas, tenemos hambre no solo de pan material, necesitamos: vestirnos, cobijarnos… Tenemos hambre de un sin fin de cosas, no se acaba. Es peligroso si entramos en la carrera del tener y nos aferramos a ella: dinero, poder…, cosas que nos esclavizan. En realidad  es un querer profundo y esencial, vivir plenamente, trascender esta vida terrenal. Es Dios quien nos tiene  inquietos hasta que lleguemos a Él.
La verdadera multiplicación del pan se da en la Iglesia. El Señor quiere hacer el milagro y espera de nosotros que  presentemos nuestras cinco gotas de solidaridad, de gozo, de consuelo, de esperanza, en una palabra nuestras cinco gotas de amor liberador.

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