jueves, 23 de agosto de 2012

EUCARISTÍA


Jesús, el pan del cielo, es el que nos sostiene vivos.
Alimentos
En el cansancio mejor que murmurar es andar hasta dar el salto de la fe. En el peregrinar hacia la eternidad nuestra existencia se hace ardua. Para llegar a la meta tenemos que superar muchas cosas. Con Jesús lo tenemos todo, no hay cosa que nos pueda superar porque es el pan vivo bajado del cielo (Jn6, 41-51). Él nos sostiene, y nos sostiene vivos.
Alimentados con el pan del cielo somos capaces de desarrollar valores y principios personales con los que enfrentamos los arrebatos primitivos e instintivos propios de la naturaleza humana en sus dificultades.
Frente a la Eucaristía estamos en el pleno misterio de nuestra fe, la comunión más que premio para buenos es el alimento que nos sostiene en vida en este camino hacia la eternidad.

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