jueves, 23 de agosto de 2012

EUCARISTÍA


El Pan que da vitalidad espiritual.
EucaristíaEl Pan de la Palabra y de la Eucaristía: ya sea como tema o elemento es un acontecimiento; centralísimo, trascendental y con inmensas riquezas que está a nuestro alcance cada día.  Pan Eucarístico que es Centro, Culmen, Raíz y Fuente de toda nuestra vida, de toda nuestra existencia. Al ser vital influye en nuestras actividades y nos da autenticidad e identidad personal y eclesial.
Al insistir sobre el valor de la Eucaristía en la vida Cristiana urge actuar en consecuencia viendo su triple aspecto sacramental: como Sacrificio actual de redención, como Presencia que nos invade causando la adoración y como Comunión que al partirse se reparte para ser compartido como alimento de unidad entre el Creador y sus criaturas.

EUCARISTÍA


Jesús es el Alimento que sacia nuestra hambre y sed.
Pan y pescadosEl Señor “repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron.” (Jn 6,1-15). A veces queremos muchas cosas, tenemos hambre no solo de pan material, necesitamos: vestirnos, cobijarnos… Tenemos hambre de un sin fin de cosas, no se acaba. Es peligroso si entramos en la carrera del tener y nos aferramos a ella: dinero, poder…, cosas que nos esclavizan. En realidad  es un querer profundo y esencial, vivir plenamente, trascender esta vida terrenal. Es Dios quien nos tiene  inquietos hasta que lleguemos a Él.
La verdadera multiplicación del pan se da en la Iglesia. El Señor quiere hacer el milagro y espera de nosotros que  presentemos nuestras cinco gotas de solidaridad, de gozo, de consuelo, de esperanza, en una palabra nuestras cinco gotas de amor liberador.

EUCARISTÍA


Jesús es alimento que nos nutre y transforma gratuitamente.
Asombro“Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed” (Juan 6, 24-35). De nuestra boca sale lo que abunda en nuestro corazón, si hay: odio, bronca, resentimiento, tristeza, abatimiento, desesperanza y frustración eso trasciende. El Señor quiere alimentarnos con su: paz, su alegría, su espíritu constructivo, y ánimo positivo. Jesús quiere que trabajemos por el alimento que nos da vida eterna. Nutridos de Él nace en nosotros el hombre nuevo, el viejo siendo sepultado va muriendo. Surge un hombre con fe profunda, con la esperanza puesta en Dios, se entrega sin límites por amor, es Cristo que sale hasta por los poros de quien se alimenta de Él porque tiene a Dios que es gratitud en esencia no es comerciante, Él salva y perdona gratuitamente.

EUCARISTÍA


Jesús, el pan del cielo, es el que nos sostiene vivos.
Alimentos
En el cansancio mejor que murmurar es andar hasta dar el salto de la fe. En el peregrinar hacia la eternidad nuestra existencia se hace ardua. Para llegar a la meta tenemos que superar muchas cosas. Con Jesús lo tenemos todo, no hay cosa que nos pueda superar porque es el pan vivo bajado del cielo (Jn6, 41-51). Él nos sostiene, y nos sostiene vivos.
Alimentados con el pan del cielo somos capaces de desarrollar valores y principios personales con los que enfrentamos los arrebatos primitivos e instintivos propios de la naturaleza humana en sus dificultades.
Frente a la Eucaristía estamos en el pleno misterio de nuestra fe, la comunión más que premio para buenos es el alimento que nos sostiene en vida en este camino hacia la eternidad.

EUCARISTÍA


Manos abiertas
Jesús reafirma ser nuestro verdadero alimento.“Mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida” (Juan 6, 51-58).  
El Pan es su vida en esencia. Él se nos ofrece en sustancia, en su cuerpo y en su sangre. El Autor de la vida nos sigue transmitiendo vida. Jesús no es pura doctrina o una vida ejemplar que nos oriente a la felicidad. Jesús nos alimenta en sustancia y nos lleva a la vida que supera los límites de esta vida terrena.
En cada Eucaristía se cumple lo anunciado en el discurso del pan hace mas de dos mil años, hoy tenemos la gracia de acercarnos a Él. Teniendo ya la semilla de la vida eterna, bien podríamos aprovechar su presencia. Cerca de Él estamos lejos de la muerte, lejos de las tinieblas del pecado porque permanecemos en comunión con el Creador quien nos quiere recrear día tras día y nos pide que permanezcamos unidos a Él en su luz.