lunes, 10 de junio de 2013

Todos comieron hasta saciarse



Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas (Lucas 9, 11b-17). Alguna vez,  en la vida, todos hemos sentido hambre de todo y de nada. Saciar el hambre de los hombres fue una de las tareas de Jesus. Es facil buscar excusas ante la necesidad de las personas y, no comprometerse con ellas. En la vida hubo un pan como el Cuerpo de Cristo que llegara a todos y nos saciara. El pan que sacia y da amistad es el mismo Dios en esencia. Dejemonos alimentar por Cristo, él nos nutre, nos da vida, nos da alegria y sobre todo nos da la salvacion. El es fuente de vida abundante que se parte, se reparte y se comparte. Este misterio sólo puede ser entendido y vivido, de verdad, por el que sabe compartir lo suyo como Cristo. Por el que vive como Cristo para los demas. El quiso quedarse como alimento espiritual para ser compartido sin medida. Que la Eucaristia nos de vida y la alegria, Señor. Amen.

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