En la vida recibimos, distintas y muchas invitaciones. Jesús invita y llama a Pedro a ser discípulo, testigo y apóstol, a ser pescador de personas. El llamado a la donación radical se extiende hasta nuestros días. Y frecuentemente se nos envía en misión, a ir en paz y sin temor a los ataques del desaliento, de la angustia, y de la desilusión cuando parece que hemos trabajado arduamente, a veces trabajado en vano. Hoy, una vez más nos invita a remar mar adentro en su nombre. Señor ayúdanos a abrir los ojos, tomar el timón de nuestra labor y remar mar adentro echar las redes a tu nombre para que nuestra trabajo sea fecundo, con todo lo que nos has confiado. Amén.
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