martes, 12 de febrero de 2013

1d C C. ORACIÓN QUE NOS HACE VENCEDORES POR AMOR.

OraciónRealmente, tentaciones quién no los tiene si hasta Jesús siendo Dios los tuvo, y los tuvo en frente, patente, y nos enseñó a ganar, a vencer en esta lucha campal contra el mal. Él no sucumbió a ninguna tentación, pues, estuvo preparado, antes oraba en el desierto. Por algo nos hizo a su imagen y semejanza. No estanos hechos solamente para el “pan” material,  para el “poder”, o el “placer”, podemos trascenderlos. El Papa estuvo al frente para servir y no… para mandar y servirse, el cansancio lo limitaba por eso renunció. Imitemos su humildad. Estamos hechos para el amor, a Dios y los Hermanos. Hay hermanos que esperan de nuestra limosna, que bien podría salir de nuestro ayuno, después de nuestra oración. Una oración profunda transforma y convierte nuestra vida para el Señor. Y el demonio se va alejando, rondando y buscando a quien devorar. Al empezar un tiempo de gracia en esta cuaresma, oremos intensamente por nuestra Iglesia, preparémonos para vivir dignamente y fructuosamente la Pascua del Señor. Amén.

5d O C. INVITACIÓN PARA UNA MISIÓN FECUNDA

BarcaEn la vida recibimos, distintas y muchas invitaciones. Jesús invita y llama a Pedro a ser discípulo, testigo y apóstol, a ser pescador de personas. El llamado a la donación radical se extiende hasta nuestros días. Y frecuentemente se nos envía en misión, a ir en paz y sin temor a los ataques del desaliento,  de la angustia, y de la  desilusión cuando parece que hemos trabajado arduamente, a veces trabajado en vano. Hoy, una vez más nos invita a remar mar adentro en su nombre. Señor ayúdanos a abrir los ojos, tomar el timón de nuestra labor y remar mar adentro echar las redes a tu nombre para que nuestra trabajo sea fecundo, con todo lo que nos has confiado. Amén.

4d O C. LA FE QUE NOS LLEVA AL ENCUENTRO PERSONAL CON DIOS.

AdoraciónAlgunas veces, la familiaridad con que frecuentamos a la Iglesia, la cercanía que tenemos con la humanidad de Jesús, en vez de acercarnos a la revelación de Dios puede ocultarnos su divinidad. Eso pasó con sus paisanos quienes no lo podían creer, para ellos era el conocido, hijo del carpintero. En cada Eucaristía nos acercamos a Él, reconozcámosle,  es en la fe verdadera donde se da el encuentro personal.  Él nos enseña que su entrega, su salvación no es para un solo pueblo sino por muchos, universal. Sucede que muchas veces no lo reconocemos y lo peor es que lo rechazamos y lo sacamos de nuestra vida porque el mundo nos arrastra a eso, a vivir prescindiendo de Dios. El mal nos ciega como a los paisanos de Jesús. Y es verdad que el mundo está arto de puras palabras por eso, Señor, hoy te pedimos nos ayudes a ser coherentes y consecuentes. Queremos escucharte, alabarte y seguirte con fidelidad. Amén.