sábado, 6 de julio de 2013

¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!


¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate! ( Lc 7,11-17)  Dios nos visita en la solidaridad. Podemos estar en el grupo de personas que si acepta la obra de Jesús o estar en el otro bando que ante la muerte se deshace de tristeza sin sentido. Es la compasión y misericordia la que salva de verdad. Señor queremos estar siempre vivos caminando contigo y no con los que tienen a la muerte que no tiene fin. Señor que nunca perdamos la sensibilidad de ser compasivos y misericordiosos ante el hermano que nos necesita, Amen.

La fe del centurión romano


Dilo de palabra y mi criado quedara sano[...] Ni en Israel he encontrado tanta fe (Lc 7,1-10) La impresión de la fe del centurión que tiene Jesús es grande, que le lleva ha intervenir con la salvación de su criado. En toda obra grandiosa hay una fe grandiosa por detrás.  La fe en esos tiempos y pueblos era exclusiva y no unía a la humanidad como hijos del mismo padre del cielo. Jesús nos abre los ojos y quiere que miremos con esos ojos de la fe. Una fe que es la confianza absoluta depositada en la Divinidad. Es Jesús la Palabra que vasta para sanarnos y salvarnos. Señor sabemos que por nuestros méritos no llegamos lejos pero contigo uno llega ha hacer proezas. Señor aumenta nuestra fe, Amen.