“He
deseado ardientemente comer esta
Pascua con ustedes” (Lc 22, 14-20). Era la última cena (La
primera Misa), un adelantarse en la entrega radical que se consumó en
la Cruz. Su sangre fue derramada para salvarnos.
El desea celebrar ardientemente cada día la pascua con nosotros. Cristo el
Señor no es una realidad del pasado y el Evangelio no es una
simple filosofía religiosa. Por medio de la Eucaristía el Sagrado Corazón de Jesús sigue palpitando en nuestros Altares y en nuestros
Sagrarios, Él está al alcance de nuestro amor y de nuestra vida.
"EL AMOR NO CAMBIA CUANDO ENCUENTRA EL CAMBIO"(RR.Pg.85)"ME GUSTA LA GENTE QUE ES CAPAZ DE CRITICARME DE FRENTE Y EN FORMA CONSTRUCTIVA, POR QUE ESOS SON LOS VERDADEROS AMIGOS." (P.G. Iriarte, OMI)
jueves, 7 de junio de 2012
sábado, 2 de junio de 2012
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